lunes, 16 de diciembre de 2013

Sólo un número.

Tú eres un número en este mundo que no representa nada. Eres una cifra y un sólo espacio. Hoy estás aqui, mañana te vas, pasado te extrañan y en unos dias más serás, si tienes suerte un recuerdo.

No sé qué haces aquí. ¿Quién te quiere, quién te necesita? Si ni tu misma te soportas, no sé qué te hace creer que a los demás si les importas. Carga. Están aquí porque te quieren pero en realidad si te vas les harías un favor
¿Tienes idea de como te ves durante una crisis? Sola en tu habitación, en posición fetal, lloriqueando y lastimandote. Si tan sólo alguien pudiera verte. Te ves tan patética. ¿No lo crees? ¿Crees que hay alguien en este mundo que merezca aguantar tanta locura? Mira tu cuerpo. No solamente odias su forma. ¿Ya viste las cicatrices? ¿qué te pasa? Das miedo y estarás marcada como una loca depresiva por mucho tiempo. Tus muñecas lo dicen todo. Tus ojos también. Me odio y no me soporto. Quisiera disculparme por haberles hecho pasar la pena de conocerme. Luego entiendo que en realidad quisiera pedirme perdón a mi misma por haberme hecho mierda y no haber guardado del todo el secreto. Te he contado algo y no necesito palabras ni abrazos. Necesito que lo olvides y no interfieras. Lo siento, lo siento mucho y alejate si quieres, que después encuentro tu reemplazo. Ojalá ser yo fuera lo que piensas que soy, y si no me gusta mi vida y a los demás no les gusta tampoco mi manera de vivirla, no sé que hago viva. Supongo que vivo porque por el momento, no tengo nada mejor que hacer.

domingo, 15 de diciembre de 2013

El niño creció, el sueño acabó.

Aaaaaay, Olivia. Qué bonita te veías cuando eras niña. Con esas coletitas que te hizo tu mamá y sonriendo enseñando tus dientitos de leche. En ese cerebrito que estaba lleno de cosas pequeñas, dulces y simples, ahora es increíble que se haya llenado de tanta basura. ¿Puedes creer que sean esas mismas manitas las que ahora metes en tu boca para provocarte el vómito? Es tan increíble pensar que son esos mismos ojos llenos de brillo, los que ahora se ven tan apagados y nostálgicos. ¿Quién iba a creer en la clase de persona que te ibas a convertir en unos cuántos años? Ese cuerpecito tan pequeñito iba a ser ahora el que tanto detestas. Jajajá. Ni si quiera tu imaginabas lo mucho que ibas a desear volver a ser pequeña, sonreías y jugabas tanto sin imaginar lo mucho que ibas a sufrir. Tus padres te querían tanto y planeaban tantas cosas para ti sin saber que todo eso sería  un fracaso, porque te convertiste en una desubicada que no se quiere ni a sí misma. ¿En qué momento dejaste de tener ilusiones? Querías hacer tantas cosas cuando crecieras, y ahora que eres mayor sólo buscas algo que querer.
Antes que no conocías el mundo sólo vivías de lo que te contaban y aconsejaban. Poco a poco fuiste conociendo más mierda. Al principio pasaban cosas feas. Y luego más y más, hasta que descubriste que el mundo de hecho, está lleno de cosas feas. Tú eres una cosa fea. El demonio estaba detrás de toda esa inocencia, y se fue manifestando día, tras día, tras día, hasta adueñarse de todo. La verdad es que no reconozco a la niña que fui, porque no parezco yo, la veo tan ajena a mi vida y tan feliz, que parece una desconocida y me dan ganas de pedirle perdón por haber hecho su vida pedacitos.


Y miro mis fotos de pequeña y me he puesto a pensar, ''wow. No estarías sonriendo si supieras lo que te espera''.

Trastorno.

¿Por qué me río cuando me lastimo? ¿por qué me río cuando veo la báscula bajar, cuando acabo de vomitar mi pastel de cumpleaños, por ejemplo? Me da risa mi propia desgracia. ¡Si!
¿Es porque me burlo de ser tan patética? O tal vez porque me da gusto pensar que con esto estoy dándole su merecido a las personas que me quieren, o es porque siento el control de poder elegir como y con qué estoy acabando conmigo...

No lo sé... pero no puedo creerlo. A veces no puedo creer como puede importarme tan poco mi vida, como puede ser tan normal descargar mi odio conmigo. Tengo tanto odio, odio a todo, pero no puedo controlarlo todo. Pero a mí si. Quisiera herirlos, pero no puedo, así que me hiero mientras imagino que son sus pieles las que estoy cortando y es su sangre la que mancha mis dedos.

Tanto deseo que sea una etapa, deseo que esto no sea parte de mí, deseo que sea algo pasajero, como lo dicen todos, deseo que de verdad fuera una tontería y que se acabe. Deseo que llegue algo que me haga cambiar. Pero ahora me siento perdida, hundida y vacía. No sé como llenar todo este espacio que hay en mí, quiero calmar mi ansiedad, quiero desquitar mi furia y quiero salir corriendo de mí misma. No es culpa de nadie en realidad, el mundo es como es para quién lo mire. Y yo miro pura mierda, porque de hecho eso soy o de eso estoy llena. Todo está enfocado a lo negativo porque, lo negativo es lo que más se siente. El dolor es el que se olvida más despacio que la felicidad. El sufrimiento está aquí por más tiempo y la felicidad se esfuma tan rápido, a veces es evaporada por el dolor, a veces el dolor arrasa y generaliza.

Debería agradecer a mi inestabilidad emocional seguir viva. O culparla, porque no me gusta estar viva. Puedo calmar lágrimas por risas por un momento. Si no estoy muerta y si respiro, es por algo. Si aún no soy capaz de irme al suicidio seguro y me limito a llenar mi cuerpo de porquerías sólo para ver que sucede. Porque no estoy para allá ni para acá, ni tan mal, ni tan bien. Estoy en un intermedio que convertí en indiferencia. No hay nada más aquí, vivo al día y vivo a lo estúpido, dispuesta a cualquier cosa que me dé satisfacción aunque traiga malas consecuencias, incapaz de visualizar un futuro e incapaz de alcanzar una meta. Estoy tan inestable que puedo avanzar hacia una meta y regresarme de repente.

Lo peor es ver como todo lo demás sigue su curso, como todo parece tan fácil, verlos a todos animarse por cualquier cosa, comer como si nada, preocuparse al grado normal. Mientras uno está aquí, amaneciendo feliz y terminando el día con ganas de aventarse por la ventana, pensando en que estás haciendo algo malo cada vez que masticas un alimento, preocupándose y explotando de ansiedad por cualquier problema, es como ahogarse mientras los demás pueden respirar, y no sólo eso, los demás pueden respirar y te presionan para que tú también puedas sin notar que tienes los pulmones tapados.

Todos los ojos de las personas miran todo con claridad y esperanza, y yo quiero verlo y sólo veo humo y oscuro. Pueden pensar que soy estúpida por ahogarme en un vaso de agua. Y hasta yo lo creo. Y lo sé, y estoy consciente, y lo hago, pero ahora soy indiferente a mi destrucción y estoy despreocupada de mi propio destino. Me he dado cuenta que es lo que me pone mal, lo que me pone triste, es sentir que les importo mucho más de lo que me importo a mí misma, estoy desesperada de no encontrar una salida, o más bien, de no poder llevarla a cabo. Tengo problemas y ataques de ansiedad porque quisiera averigüar de una vez por qué es que mi corazón sigue latiendo.




.

jueves, 24 de octubre de 2013

Lo que mata es lo de adentro.

Si tú supieras lo que hay detrás de mi cara a veces tan sonriente y a veces tan distante....si pudieras escuchar lo que hay en mi cabeza, te preocuparías. Ahora si que te preocuparías, papá y mamá pueden verme llorar, pueden verme con la cara apagada, pueden ver mi desprecio hacia la comida y pueden notar mi baja autoestima. Pero si pudieran sentir todo lo que tengo dentro, todo lo que se siente y lo que se piensa callado, yo creo que intentarían detener este desastre y esta tristeza que está tan sembrada, y es tan peligrosa, que nunca sabes cuando me hará intentar destruirme otra vez. Para ellos puede ser un capricho, una etapa, una llamada de atención, incluso el trastorno mental no tan grave que se controla con medicamento, pero sin embargo yo lo veo tan enorme, que me siento capaz de suicidarme. Tal vez no es tan grave, tal vez hay cosas peores, pero, ¿sabes qué? No puedo. 
Seré para ti caprichosa, superficial y débil, estúpida también, siempre tomada a la ligera. Y juro que nunca lo vas a saber, jamás lo vas a sentir, jamás lo vas a tomar en serio, papá. Tú solo ves la gravedad cuando estoy en un hospital con riesgo de salud, cuando te enteras de los envenenamientos y las sobredosis, siempre observas la gravedad de todo esto cuando mi cuerpo paga las consecuencias. Pero, ¿y mi mente? ¿Tienes idea de como esta? Destruida, oscura, enferma y dispuesta a destruir siempre. Ojalá entendieras que mi problema es mi mente, mi ausencia de fe, mi falta de esperanzas y deseos. Y otra parte importante, este maldito odio que siento hacia mi misma. Estas ganas que tengo de no ser yo, de no ser yo no sólo en físico, si no mentalmente. No culpo a nadie, yo así nací. De por sí, ya tengo recuerdos muy vagos de lo que significaba desear algo en esta vida. De más chica, me ilusionaba pensar en cuando llegara a adulta. Ahora ya soy una mujer, y ahora no quiero nada, no quiero ancianidad, no quiero nada.
Pero a pesar de que también soy una persona que difícilmente llega a sentir amor por alguien, siento uno muy fuerte hacia mis hermanos. Me mata de curiosidad saber que pasaría luego de mi suicidio. Pensar en lo que todos dirán, pensarán y sentirán. Quienes van a ponerse mal, quienes vendrían a mi velorio, quienes me echarían de menos. Tal vez nunca lo sepa, pero no puedo ni pensar en lo que pasaría con ellos, con mis hermanos. Estarían mejor sin mi porque contamino el hogar, pero a la vez, en el momento, los dejaría marcados y traumados y sólo pensar en eso me llena los ojos de lágrimas.
Ni si quiera pienses que no soy capaz de tomar un cuchillo y cortarme las venas, es mi solución rápida y en la que pienso todo el tiempo. No sé cuanto más se puede soportar. 

Dicen que si no nos amamos a nosotros mismos, no podemos amar. Pero yo sigo viva por amor a los demás.





.

viernes, 4 de octubre de 2013

Memorias 3.0

A veces creo que me estoy volviendo loca, creo que estoy perdiendo el control de lo que hago y siento.
Antes, me frustraba el hecho de que tenía que adelgazar y ahora me pone ansiosa, desesperada, al mirarme al espejo no sé que hacer, quisiera desaparecerme. Soy fea, soy gorda, horrible, chaparra. Me odio, me detesto. Juro que cuando me miro, lo primero que veo es a una gorda. Me paro de todas las poses posibles, de cada ángulo, para ver si de alguno me veo delgada. Sólo consigo más desesperación. Por dios, Olivia, no les creas nunca a la gente cuando te dice que te ves ''muy delgada''. No lo soy, y creo que jamás lo seré. Quizá la gente estaba TAN acostumbrada a verme obesa, que ya cualquier cosa en mí se les hace ''flaca''. También dicen que soy bonita. Por dios, ¿bonita de dónde? tengo la cara redonda y obesa, los ojos demasiado grandes, la boca tambien, a quíen diablos creen que engañan, maldita sea, a mi no, soy fea, debo aceptarlo. A veces creo que soy yo la que no puede ver ninguna virtud en mí y luego entiendo que si yo no la veo, los demás menos. Hay gente tan hermosa, guapa, delgada, que eso me hace ver aún más pequeña y poca cosa de lo que soy. Todo se me derrumbó en unos meses, ahora me duele algo adentro. Ya no es sólo cuestión de no comer, ahora me siento mal, ni si quiera puedo sentir el hambre, porque comer ya ni si quiera es opción. Me sentía mejor cuando pesaba más, dios mío, pensé que si adelgazaba las cosas cambiarían y ahora me siento la peor basura. Espero que sea porque aún me falta adelgazar, porque no sé como verme bonita. No sé qué tengo que hacer para dejar de estar así.
Lloro por nada, me siento triste siempre y ya no quiero ver a mis amigos. Oigo vocesitas, hablo conmigo misma, me detesto, me doy asco. Me siento muy sola. Algo me presiona con que ya no debo comer, que siempre puedo dar más de lo que doy. 





.

jueves, 3 de octubre de 2013

El pan de cada día, sin el pan.

Todos los días son malos de cierta forma. Si comes, es malo, porque culpa, gorda para siempre, culpa.
Y si no comes, depresión, mal humor, mentiras, desesperación. 

¿Cómo es tu día normalmente?

Todo empieza desde el momento en que despiertas. Deslizas tus manos por tu abdomen, a sentir cada costilla, los hipbones. Cada huesito del abdomen parece más definido cuando estás acostada, con el estómago vacío, listo para estar vacío todo el día. 
Aunque depende. Si ayer comiste, hoy te sentirás gorda, hasta sentirás esos huesos menos que ayer.
Si no has comido, probablemente disfrutes tocarlos.

No has comido. Te paras con  dolor de cabeza, débil y sin nada de entusiasmo para vivir el día de hoy. Te pesas y tu estado de ánimo dependerá del resultado. Te desnudas y te miras un buen rato en el espejo del baño, te metes a la ducha y tal vez llores mientras te bañas. A mí, me gusta llorar en la ducha.
Al salir, te pones mil prendas y con todo te sientes gorda y fea. Con eso te ves enana, con aquello se te ven unos brazotes, con esto se te ven unas piernotas. Con ropa suelta pareces ballena ancha. Con ropa ajustada se marcan tus lonjas. Al final, lo que no se vea tan mal. Te peinas y maquillas y ahora nadie nota que has llorado. Evitas el desayuno, tomas un café y todo el día pasas pensando en como evadirás la siguiente comida. Miras a todos comer en todos lados, se ven tan despreocupados mordiendo esas galletas, porque quieren, porque tienen hambre y disfrutan comer. Tan normal...mientras tú desearías no ingerir nada jamás o comerlo todo. Si son gordos, te motivan, si son flacos comiendo, te sentirás desgraciada. 
Quisieras  arrancarte toda esa grasa que sobra, huir de ese cuerpo, no pensar en el, no verlo, no tocarlo, no sentirlo, no cruzarte con espejos. Te sientes gorda parada, sentada, caminando, corriento, quisieras dormir por días y despertar cuando toda la grasa haya desaparecido. 

Si hoy logras ayunar, probablemente puedas acostarte a dormir satisfecha. Si no, probablemente llores un rato antes de dormir. 


Y al siguiente día, ¿adivina qué?


Será exactamente lo mismo.




.

''¿Y por qué no intentas cambiar?''

Qué cosa tan rara es vivir así. Tan rara que claro que es mala, es horrible, y lo digo porque es una enfermedad y las enfermedades no son buenas. Lo digo porque los demás dicen que vivir con trastornos alimenticios es malo. Lo es. No es bonito. Pero una parte de mi, piensa que es necesario.
Tal vez he de considerar que mi enfermedad es tan mala que me hace querer estar así. Probé la época de la rehabilitación y salí ''curada''. Subida de peso. Entré a la escuela, y gorda, lo que sea, pero no la pasaba tan mal. Tenía amigos y hasta novio, nadie me hacía bullying y me iba bien en la escuela, pero el fantasma de mis enfermedades seguía ahí recordándome que era una ridícula gorda mediocre, que se la vivía de fiesta y borracha para ser ''feliz'' y evadir su realidad de gorda. Volvieron a mí los pensamientos del principio cada vez que salía con mis amigas, por ejemplo. ''OTRA VEZ, OTRA VEZ ERES LA MÁS GORDA, LA QUE SE VE PEOR. Nadie te va a querer. Otra vez opacada, otra vez viéndote fea cuando puedes verte bien. Mira. Ninguna prenda de ropa te queda bien, tus amigas se ven bien en vestidos y tú no. Estás desgastando la entrepierna de tus pantalones, otra vez''. Aquellos viejos tiempos de llorar frente al espejo intenté convertir en algo un poco más alentador. ''Tranquila. Estás distorsionada, no puedes verte tan gorda. Te ves bien, nadie te ha dicho que te ves mal. TE VES BIEN''. Al final, después de cada foto que veía que me tomaban descuidada, me daban ganas de...ser lo que era antes. No la gorda en la que me había convertido de nuevo. Trataba de hacerlo menos, desayunaba en casa, iba a la escuela en la tarde, no comía, salía en la noche con mis amigos y bebía alcohol diario. Me embriagaba al menos 4 veces por semana y los demás sólo tomaba. Llegaba a casa ansiosa y medio ebria, arrasaba con todo lo que se me cruzaba en la cocina. Cenas enormes, sin vómito, sin purga ni ejercicio, y a dormir. Poco a poco me llené de culpa y rápidamente, volví a proponerme a bajar de peso con ese único método que conocía y consideraba, por experiencia propia, infalible: el ayuno. 

La voluntad llegó a mi rápidamente. Fue como abrir los ojos y regresar a mi realidad otra vez, no quería acabar igual que antes, juro que no quería sufrir, no quería hundirme de la misma manera que antes. 

''Sólo hasta 50. Sólo debes perder unos 15 kg, conserva el control esta vez''.
En tres meses y medio ya pesaba 40 kg, rocé los 39, 38, 37. Mis padres volvieron a preocuparse de nuevo y a poner atención, de nuevo al médico y otra vez a suplementos, a los cuales hacía caso para no ser ingresada de nuevo y he subido hasta 53 kg en lo que va de éstos últimos dos años, subo, bajo, subo, bajo, y ahora estoy alrededor de 45. Mi cuerpo no es alarmantemente delgado, pero por dentro estoy deteriorada. Mi mente está deteriorada. Mi ''alma'' está deteriorada. Mi cuerpo pueden curarlo, estabilizarlo, alimentarlo. Mi mente y mi alma son al parecer irreparables, sólo podrán ser anestesiados por algún antidepresivo, antipsicótico, o droga. Es hasta que muera, lo ha dicho el psiquíatra y lo pienso yo. Mi vida es total mierda desde que dejé de ser una niña, creo. Mi época más feliz efectivamente fue después de la clínica. Per estoy tan enferma, que prefiero vivir así como estoy, infeliz y ''delgada'', que gorda tratando de ser feliz. No puedo envidiar ni si quiera a una gorda con autoestima, porque no es lo que quiero ser. No sé qué quiero ser y así me tocó vivir, es lo que soy, conmigo nací y conmigo moriré. No hay vuelta atrás ni forma de cambiar porque esta mentalidad no me lo permite. 

¿Por qué no puedo cambiar? Porque yo soy esto. Necesitaría otro cerebro o una lobotomía para eliminar al demonio que habita en mi cabeza.



Y no espero un final feliz, pero si deseo un final.



.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Explicándome.

Casi todo lo que hago no sé si lo quiero hacer, soy una persona muy compleja, o más bien enferma, tengo desórdenes de personalidad y no se quién soy. Mis sentimientos cambian a cada hora, mis pensamientos igual, es desesperante...es muy complicado. Incluso me cuesta trabajo publicar todo esto aquí, porque me puede leer cualquiera y me expongo. Pero bueno. También, por alguna razón me gusta tener esa lígera habilidad de describir mis sentimientos para hacer que muchos de ustedes se sientan identificados. Debe ser lindo leer sus pensamientos en letras de otra persona, así como para mí es interesante ver que hay gente que se siente parecido a mi, y es padre leer comentarios En fin, como les decía, aunque no lo crean es difícil para mi publicar todo esto, por eso me encanta que comenten, porque me agrada provocar algún sentimiento. Y me gusta escribir y lo seguiré haciendo, tengo muchos escritos viejos y actuales. Me armo de valor para publicar mucho de ellos, aunque hay muchos que jamás mostraré.

Memorias 2.0



¿Se puede ser tan fuerte y tan asquerosamente débil a la vez? Ese tipo de persona a la que le puedes decir todos los insultos más horribles a la cara y le van a dar igual, pero a su vez vive triste. Puede soportar a todos, pero no puede soportarse a sí misma. 

Recuerdo que antes era sensible. Mi padre siempre fue exigente e igual de malhumorado que yo. A veces hacía las cosas mal y el llegaba de mal humor, y exageraba mi error, gritándome e insultándome. Nunca me golpeó ni usó malas palabras, el nunca ha dicho groserías graves. Se limitaba a decirme lo inútil que era y a comprarme siempre. Al principio, me dolía mucho, y no podía aguantar las lágrimas. 
Mi padre no ha cambiado, pero yo si. En algún libro leí que no tienes por qué asumir las critícas de los demás si te aferras a lo que eres, y me funcionó. Mi papá podía decirme ''tarada'' veinte veces, y me lo fui tomando con calma hasta que dominé el golpe que me causaban, y se me hicieron indiferentes y me volví inmune a ellos.
Si tan sólo hubiese hecho lo mismo, cuando el me decía gorda...no hubiera caído en esto. Tal vez.
Mi padre era, y sigue siendo de cierto modo, la única persona que ha podido hacerme sentir realmente mal a base de palabras y gestos. Si pude dominar a mi papá, pude dominar a todos. Me han insultado tantas veces, pero yo soy tan ególatra y soberbia que me importa un pepino y hasta me causa gracia. Sin embargo, yo, puedo lograr frustrarme más que todas las personas juntas.
Soy dura, fría, como una piedra. Me burlaré de ti antes de que te burles de mí. Con convencerme a mí misma de que eres patético e inferior a mí, jamás vas a lograr hacerme sentir mal. Pero, ¿qué pasa conmigo?
puede alguien llegar a decirme ''GORDA FEA'' y me importa un carajo y lo olvido. También puedes decirme mil veces que soy bonita, y no me permito creerlo. Pero yo misma, en el espejo, mientras me visto, puedo romper en llanto. Puede ser un inicio de mis crísis. Empezar el día detestando mi maldito reflejo, empiezo a llorar de rabia por no poder huír de mi cuerpo, por no poder dormirme y no despertar hasta que cambie, o arrancarme la grasa en ese momento. No puedo hacer más que elegir la ropa que me haga ver menos mal. No me altero por eso, respira, tranquila.
A veces, de la nada lloro. Llanto injustificado, porque llueve, porque me odio, porque odio a los demás, no lo sé. Poco a poco, la tristeza se convierte en enojo. Bajo siendo una impotente con todos, grosera e intolerante, alguien me hace enojar y no sé dominarme. Al pelearme con mi madre, por ejemplo, o cuando algo me sale mal, siento una terrible furia, mezclada con una tristeza y dolor en el pecho que quisiera sacar llorando a gritos. Pero no puedo, pues estoy encerrada en mi cuarto y no puedo hacer escandalo. 
Juro que no me reconozco en ese momento. Tan enojada, destrozada, con el rostro lleno de lágrimas, que me falte el aire para respirar y se tape mi garganta por un gran nudo. 
Tan desesperada. Quisiera ir en ese momento y golpear a alguien, pero no puedo. He llegado a tomar un rastrillo y morderlo desesperadamente para obtener la navaja. Y la deslizo en mi piel presionando fuerte, largo y rápido. Una, dos, tres, cuatro veces rápidamente, sin medir profundidad ni fuerza. Al parar, miro la sangre brotar. Mis lágrimas y mi llanto descontrolado se convirtieron en una risa alocada, parezco demente, como si se me hubiese metido un demonio. Ver mi sangre me hace reír como desquiciada, y empiezo a tallarme la sangre que brota por todo el brazo o el muslo. Mis manos quedan todas rojas y el suelo cubierto con un charco. Si hay suficiente sangre, dejo la navaja. Si no, sigo, hasta que haya suficiente. Me encanta verla, fresca y brillante, hasta cuando seca, y cuando coagula en el suelo y encima de la herida. No siento dolor. Siento un placer alucinante y muy extraño, y como si el dolor del pecho desbaratara el nudo de mi garganta y saliera de unos cuantos suspiros. Ensangrentada, me acuesto en el suelo y sigo escuchando música. Es un alivio. Me siento más tranquila.





.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Bulimia.

Al principio todo era mejor. Cuando te conocí me agradaba la idea de haber encontrado un remedio que alivianara mi culpa. Una solución cuando la comida me vencía. ¿Tuviste un ataque de ansiedad? Vomita y listo. ¿Tuviste qué comer por obligación? No pasa nada, vomita. No engordas. Come, no te preocupes, hay una alternativa más.

Sin darte cuenta, la solución se vuelve problema. Lo sabrás cuando quieras parar o hacerlo menos. Sabrás que en realidad te metiste en algo grave, cuando después de comer, sientas como la comida se queda en la garganta, y sientes que si aprietas el estómago, el vómito saldría sin esfuerzo.

Sentirás lo que es la necesidad de meter tus dedos en la garganta, cuando después de comer sientas que subiste de peso, sientes la ropa más ajustada, la barriga más grande. Y la ansiedad que da de saber que lo que acabas de ingerir, va a convertirse en otro kilo más. Y conocerás ese alivio que da, vaciar tu estómago en minutos. Volver a sentirte vacía y que de repente tu estómago vuelva a gruñir. Porque a ti te gusta que gruña, porque el hambre te hace sentir que haces algo bien.

Después, ya que la comida es tan prohibida, conocerás los atracones. Tanta hambre y frustración almacenada, no hacen buena pareja. Bajarás a la cocina y acabarás con lo que se cruce, a mordidas grandes, casi no vas a masticar. El hambre es insaciable, dejarás de comer porque te cansaste, porque te acabaste todo. Luego, vas a liberarte al baño. Me he sentido tan vacía y triste, que comer me aliviana. Comer calma mi furia, o para mis lágrimas. Y vomitar, es como vomitar los problemas. Me gusta vomitar. Y sonrió con ironía al recordar a aquella niña de seis años, que cuando se enfermaba del estómago o de la garganta, vomitaba sus alimentos sin querer y sentía que se ahogaba y que le dolía, y pensaba "que asco, ya quiero que pare", ahora que ya es mayor, vomita por su voluntad Y LO DISFRUTA. Le gusta volver a sentir el sabor de la comida, le encanta que salga por plastas grandes, no le da asco sentir su vómito entre los dedos, y es capaz de hacerlo varias veces al día.

¿Cuándo consideras parar? Cuándo veo que saco sangre. Cuando me lleno de úlceras y siento ese horrible ardor y agruras. Cuando me duele la garganta y no puedo ni hablar. Cuando tomó una maldita taza de café y me dan ganas de vomitar. Cuando alguien se da cuenta y me pide que pare. Es cuando voy a intentar dejar de vomitar, y no voy a poder.  Porque simplemente, estar llena es insoportable. Porque voy a extrañar la sensación de inexplicable placer que da provocarme el vómito. Porque tengo mucho miedo de engordar.

Intentar dejarte, bulimia, consistió en alguien que intentó moderar su alimentación para no engordar. Logró comer normal unas cuantas veces. Luego la ansiedad la ha vencido y ha corrido otra vez a vomitar. Se decepcionó al mirarse al espejo y ver sus ojos enrojecidos otra vez, y se tiró al suelo del baño a llorar por lo asquerosa, cobarde y débil que es.  Se volvió a mirar detenidamente al espejo para darse cuenta de que da asco y si se alimenta, se pondrá peor. Y volvió a resignarse y ha aceptado que no puede vivir sin ti, bulimia.

Es mi problema.

Para todas tus afirmaciones tengo una contradicción, para tus acusaciones tengo justificación
Pero me he acostumbrado a  seguirte la corriente, porque hay tanto que podría decirte, pero no lo haré, porque no sé si lo entiendas. Todos los sermones son tan iguales, porque toda la gente es taaaaaan igual. Tan doble moral, tan eufemista, tan inocente. Es increíble su forma de  auto-lavarse el cerebro...

"Olivia. No tienes por qué vomitar. Eres bonita así, quien te quiera debe quererte sobre todas las cosas".

El problema no es lo que tú ves. El problema es lo que yo percibo. Mi objetivo es que me guste lo que miro en el espejo, no lo que tú opines, la belleza es subjetiva. Para ti puedo ser hermosa y para alguien más, no. Pero finalmente la que debe de gustarle mi físico, es a mi. Yo soy quien vive dentro de este cuerpo, quien lo ve todos los días, quien lo siente. Y no me gusta lo que siento, y no puedo huir. Tengo que toparme con todos esos espejos. No estoy esperando que alguien me quiera, no me preocupa. Hasta el más feo encuentra pareja, pero, ¿se trata de que alguien me elija? Yo quiero tener la seguridad de elegir a mi pareja. El único amor que añoro, es el propio. 

"La gente que tiene trastornos alimenticios, es superficial y hueca. Sólo piensa en el físico e ignora los sentimientos y la inteligencia, que es lo importante. Es capaz de destruirse con tal de verse bien".

No confundas a aquella persona que vomita y no come para llamar la atención o porque tiene pereza de hacer ejercicio. Las personas realmente enfermas, tenemos un problema serio. Las personas con T.A son suficientemente inteligentes para saber que, por desgracia, en el mundo en el que vivimos, el físico importa mucho. Es realismo. Además, ser gorda y/o feo no te hace inteligente y buena persona. No tiene nada que ver. El interior es muy importante, pero el exterior es tu portada. ¿Para qué conformarme con un bonito interior, si también puedo ser exteriormente buena.? Necesito una mejor versión de mí.

La anorexia y la bulimia no se cura cuando eres delgado. No se cura aunque todos te digan que te ves delgada. Porque nunca sabes cuando es suficiente. Nunca sabes cual es el punto perfecto. No es cuestión de la sociedad, el problema es que acabé con mi amor propio y no së como recuperarlo.






lunes, 23 de septiembre de 2013

Trouble.

Que tenga sentido del humor no significa que sea alegre.
Que sonría no significa que esté feliz.
Que no llore no significa que no esté mal. 
Que me crea superior no significa que no me sienta poca cosa.
No tengo ganas de vivir sólo por estar viviendo.
No me amo pero amo a otros.
Cada que me maltrato siento que maltrato más a los demás.
Que me burle de mi realidad no significa que no la sufra,
¿Qué más dá? 
Si siempre me estoy quejando de todas formas.
Si sé en lo que estoy metida y no quiero salir.
Mejor sonrío porque me canso de llorar.
Mejor me quedo callada porque pierdo mi tiempo y el tuyo contándote mis problemas.
No quiero estar ni sola ni con nadie.
La gente con problemas trae problemas a los demás.
No te convengo.
La ayuda me estorba porque no me deja destruirme en paz.
Y yo me acostumbré tanto a destruirme, que se volvió parte de mí.
Si no arruino mi vida, no soy yo.
Vivo destruyendo mi vida.
Quizá algún día me arrepienta, pero hoy no siento nada.

Y entre más es tu afán de sacarme, más me hundes.


Perdí la meta.

¿Qué es lo que quieres ahora? Bajaste tanto de peso. Tu cara se ha definido, tu abdomen se ve plano, la ropa te queda mejor...¿O NO? Espera, creo que no. En realidad sigues siendo igual de horrible. La báscula marca menos, el espejo muestra la misma mierda. ¿Entonces? Ya has hecho ejercicio, ya te ves mejor, pero algo te falta. Ahora ya se te cae y se te maltrata el cabello. Antes, para tí ser delgada era verte sin barriga y sin brazotes y piernotas. Ahora, ¿qué quieres? Ahora quieres pómulos, ahora quieres que se te marque cada maldito hueso de tu cuerpo. Ahora quieres tener las piernas largas y muy delgadas, que no se junten ni cruzándose. No eres suficiente, no eres bonita ni lo fuiste. Y a veces piensas que no lo serás, pero seguirás matándote de hambre porque es mejor morir intentando, porque igual lloras cuando eres gorda, e igual lloras cuando eres flaca. Eres tan bonita. Todos te lo dicen, todos lo repiten, cuando sales con tus amigas eres la que llama la atención de los hombres. Pero sola en tu habitación, mientras te observas, mientras estás a punto de dormir, vas a sentir que no eres nada. Te vas a dar asco. Estás tan acostumbrada a despreciarte que se te hace raro e increíble encontrarte atractiva. Estás tan acostumbrada a llorar que te sientes ridícula cuando eres feliz. Hay algo por dentro que se burla de ti cada vez que sientes que vales algo. Como cuando te arreglas, te maquillas, te peinas, al momento piensas que te ves bien. Luego sonrío con ironía para recordar que soy basura, y debo sentirme como tal. Eres basura hasta que hayas dado todo de ti. Hasta que tenga el cabello más cuidado que se pueda tener, la cara más afinada y lo más delgada posible. Pero no llega ese día. Y lo veo tan lejos que dudo llegar, pero sigo dejando que se me vaya la vida en eso. 





POR CIERTO, NI ME MANDEN AL PSIQUIATRA, PORQUE YA VOY. SI NO LES GUSTA EL MIERDERO BLOG, SÁLGANSE A LA VERGA. Saludos, princesitas de porcelana.







-

martes, 3 de septiembre de 2013

Memorias.

Hace ya algunos años, ya padecía trastornos alimenticios y estaba de hecho más grave que ahora. No tenía blogs ni nada por el estilo donde escribir ni contarle nada a nadie, así que me desahogaba escribiendo mis sentimientos en hojas comunes. Las conservo algunas, ya las había publicado antes en forma de historia, pero ahora no quiero contar mi historia completa. Sólo algunos fragmentos. De vez en cuando subiré alguna hoja. 



Creo que me estoy acostumbrado a pasar hambre y aguantar siempre mis ganas de comer. Ya he bajado los diez kilos que quería, de hecho ya van 12.
Puedo sentir la diferencia en mi vida, diferente escuela, diferentes compañeros, diferente cuerpo.
Todo es mejor ahora, mis padres tenían razón, soy más tomada en cuenta ahora, que soy más delgada, ya no soy insignificante. Mis compañeros me hablan más que antes, es diferente. Los chicos se aprenden mi nombre y me siento a la altura de mis amigas cuando camino a su lado. Me siento más segura...me gusta levantarme por la mañana y que me duela el estómago por el vacío..
No se me hace pesado aguantar el hambre, de hecho, temo por lo que vaya a suceder, cuando sea delgada, ¿seguiré comiendo poco? No quiero quedar como un esqueleto. Tampoco quiero comer y recuperar el peso. No quiero parecer una enferma. Sé que no esta bien no comer bien, ni si quiera creo que sea normal, no creo que muchos lo hagan, si lo dijera los alarmaría, pensarían que tengo algún problema. Yo solo quiero bajar de peso y hago esto porque es lo que descubrí que funciona. 
Pero por otro lado cada día me siento más desgraciada, odio ser yo, todo tan complicado. 
Odio ser gorda. Llevo siete  días comiendo una gallega de 42 calorías al día.  42 calorías al día...¡¿QUÉ IMPORTAN 42 CALORÍAS?! ¡¿QUÉ CLASE DE NIÑA DE TRECE AÑOS CUENTA CALORÍAS!? Mis compañeras comen más de mil tan sólo en el almuerzo. Y ellas son flacas y yo gorda. No es justo, mientras unos son flacos tan naturalmente, otros nos matamos de hambre. No saben lo que es estar condenada a ser gorda, si comes engordas, si no haces ejercicio, engordas, por todo engordas. Y ellas, nada, ellas pueden pasarse el día viendo televisión y comiendo basura y siguen siendo como yo deseo ser. Todo eso por lo que me esfuerzo tanto, otros lo tienen gratis. Es frustrante. 




lunes, 2 de septiembre de 2013

Frases.

Tenía unas frases guardadas en las notas de móvil que me gustan mucho, voy a publicar algunas, tengo muchas frases favoritas y estas son unas pocas.



"La vida es un sueño. Despertar es lo que nos mata". -Virgina Wolf.


"Lo que más admiro en las personas es la ironía. La capacidad de verse de lejos y no tomarse en serio"- Jorge Luis Borges.


"Conocerás por experiencia lo salado del pan ajeno". - Dante Aligheri.


"Quizá cuando nos encontramos deseando todo, estamos peligrosamente cerca de no desear nada" Sylvia Plath.


"Cuando se inicia una guerra, lo importante no es tener la razón, si no conseguir la victoria". -Adolf Hitler. 


"Las drogas te envejecen después de la agitación mental, letargo luego. Reacción. Toda una vida en una noche. Gradualmente, cambia el carácter"- James Joyce. 


"Nunca se va tan lejos como cuando no se sabe adónde se va" - Octavio Paz. 





Mi realismo.

La realidad es como la perfección. Diferente para cada persona, aunque a veces creo que olvidarte de la realidad es el camino para vivir más feliz.
Me lamento cada día por esta maldita manera de ser. No digo que se diferente a los demás, o rara, para nada, no puedo considerarme diferente a otra persona porque no conozco a otra persona. A duras penas me conozco yo misma. Pero si creo que miro la vida con frialdad no recomendable.
No recuerdo que se siente querer algo en esta vida, la verdad. Pareciera que quiero ser delgada y guapa, o que quiero ser exitosa. Y de querer quiero. De estar segura de que eso va a hacerme feliz, lo dudo. Además de que no creo que exista eso de ser feliz. 
Ser feliz no existe, es un estado de ánimo, no una forma de vida. La vida se encarga de recordármelo siempre ya sea en carne propia o con mi alrededor. ¿Quién me dice que más adelante tendré un buen trabajo y una hermosa familia, que en cualquier momento puede morir en un accidente y todo acabaría? De nada hubiese servido mi esfuerzo ni mi felicidad. La vida te da cosas para luego quitártelas. Se sufre más por lo que se tuvo que por lo que se quiere. 
Tengo muchas ganas de acabar con mi vida. No soy la más triste, claro que no. Mi vida no es un infierno. No soy horrible, no me muero de hambre, no tengo ninguna enfermedad terminal ni mi familia tampoco, pero no me gusta vivir. No necesito vivir miserable para deprimirme, tan sólo necesito un espejo o unos minutos analizando mi vida. Es triste pensar que mientras niños con cáncer desean con ilusión vivir en este mundo, yo deseo morirme y olvidarme de todo, pero así es, y no puedo hacer nada por ellos. La gravedad de los problemas depende de quien los padece, no de la intensidad de ellos. 
Me gusta ser yo la causante de mis propios problemas. Al menos así puedo reprochar a mi misma y reprenderme sola. Creo que ya hay mucho odio hacia mi persona que no puedo odiar a nadie más, me gusta cagarme mi propia vida porque yo decido como. Me agrada destruir mi cuerpo porque elijo como acabar con el. Porque es mío. El suicidio es la mejor muerte que encuentro.  Decides como, cuando, donde. No digo que lo haré, sólo digo que quizá, no ahora, aún me quedan cosas que hacer, la vida es divertida pero no lo suficiente para soportarme más de 30 años.



Espero que no haya mucha gente pensando igual.









.

Sitio nuevo.

He vuelto a abrir un nuevo blog porque volvieron mis ganas de compartir con ustedes algunos pensamientos. Twitter es un buen medio de expresión pero ya me sigue mucha gente, lo cual no me molesta (del todo), pero gran parte de ellos vive una vida tranquila que no estoy segura de que necesite leer mis escritos depresivos. Si estas aquí, es porque tu vida ya es suficientemente miserable como para querer leer los perturbadores pensamientos de alguien igual o peor que tú. Bajo tu propio riesgo.