jueves, 3 de octubre de 2013

''¿Y por qué no intentas cambiar?''

Qué cosa tan rara es vivir así. Tan rara que claro que es mala, es horrible, y lo digo porque es una enfermedad y las enfermedades no son buenas. Lo digo porque los demás dicen que vivir con trastornos alimenticios es malo. Lo es. No es bonito. Pero una parte de mi, piensa que es necesario.
Tal vez he de considerar que mi enfermedad es tan mala que me hace querer estar así. Probé la época de la rehabilitación y salí ''curada''. Subida de peso. Entré a la escuela, y gorda, lo que sea, pero no la pasaba tan mal. Tenía amigos y hasta novio, nadie me hacía bullying y me iba bien en la escuela, pero el fantasma de mis enfermedades seguía ahí recordándome que era una ridícula gorda mediocre, que se la vivía de fiesta y borracha para ser ''feliz'' y evadir su realidad de gorda. Volvieron a mí los pensamientos del principio cada vez que salía con mis amigas, por ejemplo. ''OTRA VEZ, OTRA VEZ ERES LA MÁS GORDA, LA QUE SE VE PEOR. Nadie te va a querer. Otra vez opacada, otra vez viéndote fea cuando puedes verte bien. Mira. Ninguna prenda de ropa te queda bien, tus amigas se ven bien en vestidos y tú no. Estás desgastando la entrepierna de tus pantalones, otra vez''. Aquellos viejos tiempos de llorar frente al espejo intenté convertir en algo un poco más alentador. ''Tranquila. Estás distorsionada, no puedes verte tan gorda. Te ves bien, nadie te ha dicho que te ves mal. TE VES BIEN''. Al final, después de cada foto que veía que me tomaban descuidada, me daban ganas de...ser lo que era antes. No la gorda en la que me había convertido de nuevo. Trataba de hacerlo menos, desayunaba en casa, iba a la escuela en la tarde, no comía, salía en la noche con mis amigos y bebía alcohol diario. Me embriagaba al menos 4 veces por semana y los demás sólo tomaba. Llegaba a casa ansiosa y medio ebria, arrasaba con todo lo que se me cruzaba en la cocina. Cenas enormes, sin vómito, sin purga ni ejercicio, y a dormir. Poco a poco me llené de culpa y rápidamente, volví a proponerme a bajar de peso con ese único método que conocía y consideraba, por experiencia propia, infalible: el ayuno. 

La voluntad llegó a mi rápidamente. Fue como abrir los ojos y regresar a mi realidad otra vez, no quería acabar igual que antes, juro que no quería sufrir, no quería hundirme de la misma manera que antes. 

''Sólo hasta 50. Sólo debes perder unos 15 kg, conserva el control esta vez''.
En tres meses y medio ya pesaba 40 kg, rocé los 39, 38, 37. Mis padres volvieron a preocuparse de nuevo y a poner atención, de nuevo al médico y otra vez a suplementos, a los cuales hacía caso para no ser ingresada de nuevo y he subido hasta 53 kg en lo que va de éstos últimos dos años, subo, bajo, subo, bajo, y ahora estoy alrededor de 45. Mi cuerpo no es alarmantemente delgado, pero por dentro estoy deteriorada. Mi mente está deteriorada. Mi ''alma'' está deteriorada. Mi cuerpo pueden curarlo, estabilizarlo, alimentarlo. Mi mente y mi alma son al parecer irreparables, sólo podrán ser anestesiados por algún antidepresivo, antipsicótico, o droga. Es hasta que muera, lo ha dicho el psiquíatra y lo pienso yo. Mi vida es total mierda desde que dejé de ser una niña, creo. Mi época más feliz efectivamente fue después de la clínica. Per estoy tan enferma, que prefiero vivir así como estoy, infeliz y ''delgada'', que gorda tratando de ser feliz. No puedo envidiar ni si quiera a una gorda con autoestima, porque no es lo que quiero ser. No sé qué quiero ser y así me tocó vivir, es lo que soy, conmigo nací y conmigo moriré. No hay vuelta atrás ni forma de cambiar porque esta mentalidad no me lo permite. 

¿Por qué no puedo cambiar? Porque yo soy esto. Necesitaría otro cerebro o una lobotomía para eliminar al demonio que habita en mi cabeza.



Y no espero un final feliz, pero si deseo un final.



.

3 comentarios:

  1. No sabría como expresar todo lo que me hacen sentir tus escritos. Realmente es conmovedor e incluso, motivador.

    No me gustaría decir "Ay, Olí, tenemos tanto en común" o cosas por el estilo. Siendo honesta, se me figura muy lame-huevos. Si, probablemente pasemos por los mismo problemas, probablemente me entiendas y yo a ti, probablemente podamos llegar a sentir o pensar, incluso hacer cosas similares, pero no es lo mismo.

    A mis cortos 15 años, he tenido mas psicólogos y psiquiatras que momentos felices o que valgan la pena recordar. Tu, a tus casi 20 años, has vivido cosas increíblemente fuertes que te han hecho quien eres.

    Sabes, es gracioso. En la ultima visita que tuve al psiquiatra, me ha dicho (prácticamente) que terminaría en cierta forma siendo como tu. Obviamente no diciendo "Ah, de grande serás como Olivia", si no dándome una descripción aproximada de ti.

    Me encantaría alguna vez saber de tu infancia, como eras de niña, que te gustaba, cosas por el estilo. Me gusta poder encontrar personas que puedan entender un poco lo que he pasado, y mas personas tan realistas y centradas como tú. Mas que idolatrarte, como hacen muchos, te admiro. Como persona, como mujer, como adolescente y como una persona que vive con esta clase de problemas.

    Espero no dejes de escribir.

    ResponderEliminar
  2. Te entiendo tan bien; porque estoy pasando por la misma situación, la rehabilitación no me ha servido de nada, e igual los todo me atormentan y en vez de dar pasos hacia delante, retrocedo cada día un poco mas. Espero y tu si puedas encontrar la estabilidad con tu interior.<3 Cualquier cosa cuantas conmigo..

    ResponderEliminar