domingo, 23 de noviembre de 2014

Diario de alguien [9]

El puente.


Me ahogo en mi propia existencia. Estoy encerrada en mi propio cuerpo, acorralada con mis propias ideas. Quisiera tan solo callar mi cerebro, ya no me importa ser flaca, ser gorda, ser como sea, solo quisiera dejar de sufrir. Mi papá dice que no es nada. El piensa que estoy siendo demasiado dramática y estúpida, por la manera en la que me hundo por nada. Estoy ahogándome en un vaso de agua, no puedo si quiera soportar mi patética y estúpida vida, mi padre lo piensa, y yo lo sé,
Tengo una bomba de frustración, rabia, tristeza y desesperación, que está a punto de estallar, o quizá ya estalló, por eso es que me doblo en mi cama, abrazo mis rodillas, me muerdo un brazo para callar el grito que quiero soltar, y mis lágrimas salen como disparadas.
Mi papá me hace enojar tanto. TODOS. Nadie entiende nada de lo que pasa, mis padres pretenden resolver mi vida, no han entendido que yo no sufro como una hija normal, no como una adolescente común... o no sé, mis amigas no tienen ninguna cicatriz en sus brazos.
Dicen tantas cosas a lo vil. Dan tantos consejos derivados de lo lógico, sus consejos son tan obvios, tan de a cuerdo a la ley de la vida, tan moralmente correctos, ¡como si todos pensáramos igual! ¡como si ser feliz significara lo mismo para todos! Estudiar para ganar dinero no resolverá mi vida. Que debería optar por el deporte y la alimentación balanceada...¡SIEMPRE LO HE SABIDO, MALDICIÓN! Tan obvio es el camino, tan evidente, hasta un niño de primaria sabe que es lo correcto. A mi no me importa. Si esa fuera la solución, la hubiera elegido desde antes de que todo empeorara, desde antes de que me hubieran ingresado, es más, si hubiera sido tan sencillo, hubiera incluso salvado a Valentina. No importa lo que haga, no importa que haga todo lo que sea correcto, que siga las reglas y que viva de acuerdo a lo previsto por mi familia, ¡yo no sé como ser feliz! Ni si quiera deseo ser bella. Mi cara nunca será diferente, viviré con ella siempre, fea, guapa, como sea que me vea, así es mi maldita cara, yo en el fondo lo sé, no tengo si quiera por qué enojarme por no ser como una modelo inglesa, porque nunca lo lograré. ¿Y QUÉ? El cuerpo, el cuerpo ya ha estado tan delgado al extremo, que me di cuenta de que ser delgada ni si quiera me hace feliz... al contrario, entre más delgada estoy, más dolor cargo por los estragos que el proceso de adelgazar me ha dejado. Y quizá eso es lo que se ha vuelto inmensamente pesado e insoportable. Terriblemente doloroso. Saber que he hecho todo lo que alguna vez creí que necesitaba para ser feliz. He estudiado, aprendido cosas, obtenido buenas notas, he tenido amigos, he tenido parejas, he adelgazado lo más que pude, he luchado por lucir bonita y... cada día es peor. Y me da tanto coraje ver que ni si quiera mis padres entienden eso, que dejé de verle sentido a todo, que dejé de sentir emoción por algo, que ya no puedo más y que no me interesa cuán grave sea el motivo de mi pena, a mi me duele y me duele demasiado, no me importa que no sea para tanto, para mi es suficiente. Quisiera que sintieras lo que siento en mi pecho por un momento. Y no puedo herir a nadie, ni si quiera puedo gritarles todo lo que siento por ellos, ni si quiera puedo insultarles, a nadie puedo darle su merecido, quisiera tomar todo ese odio, meterlo en un cuerpo y golpear ese cuerpo hasta matarlo. Tengo tanta furia que necesito desquitarme, y lo hago con lo que más odio, mi cuerpo, atentando con lo que menos me interesa; mi vida.
Las navajas del rastrillo siempre fueron mis favoritas, las saco y rajo la piel de mis muñecas, que es el único sitio reservado para cortes, mi muñeca izquierda, donde corto por atrás y por delante, las veces que sean necesarias, hasta callar los gritos de mi alma, hasta que las lágrimas paren, hasta ver todos esos hermosos chorros brillantes y rojos, me da tanto placer y euforia que no puedo hacer más que carcajearme mientras embarro mi sangre en todo mi brazo. No sé en realidad por qué me rio, pero podría creer que es el placer que me hace sentir desquitarme, o son mis demonios riéndose de mi al ver como con susurros imaginarios son capaces de destruirme y arruinarme cada vez más. No lo sé exactamente, pero en ese momento, el respiro de alivio que libero en medio de un charco de sangre, es de las mejores sensaciones que experimento últimamente. Es como tener un dolor pesado en el pecho, que es aliviado de repente y me siento ligera y libre de desesperación. Mis párpados me pesan y estoy tan en paz. Pongo música. Por alguna razón ''Where did you sleep last night'' me hace sentir muy bien justo en ese momento. Cierro mis ojos acostada en el suelo, cubierta de sangre, lágrimas y mocos. Me siento mejor, amarga, pero mejor.
He intentado llenar el vacío haciendo lo que me mantenía alegre cuando era gorda. He salido todas las veces posibles con mis amigos. Bebo todo lo que me es posible, quizá no son los amigos lo que me hace feliz, es el alcohol. O eso creí hasta que empecé a hacerlo sola en mi cuarto cuando no salgo, por la madrugada me pongo a escribir como loca mientras le doy grandes tragos a la botella, el alcohol seco quema mi garganta y después dejo de sentirlo. Después de acabar los escritos ácidos y amargos, los releo, y termino de romper en llanto. No puedo soportarlo y no me queda de otra, prometí no hacerlo pero ni si quiera pienso en volver a mordisquear el rastrillo y pasarlo en mi piel, muchas veces, fuerte, descargando toda mi furia y mi odio. Cuando despierto solo me arrepiento cuando veo las terribles heridas que acabo de hacerme. Otras cicatrices sin sentido que he agregado a la horrenda colección de mi brazo. Prometí que solo sería la muñeca, porque sé que si toco mis piernas o cualquier otra parte de mi cuerpo, no podré resistirme a seguir cortando y terminaré siendo un monstruo. Pero ahora quedé flagelada desde el hombro hasta el huesito de mi muñeca. También toqué un poco mi muslo y el tobillo. Agreguemos algo más a la lista de defectos físicos: Ahora también eres una loca suicida llena de cicatrices horrorosas.

La cosa tuvo fin hace unos meses. A pesar de haber tenido ya tres intentos de suicidio, fue el cuarto el que me dejó más marcada, porque todos se enteraron. Fue en medio del drama psicótico que se estaba desatando, alcoholizada, alterada y enojada, la furia, locura y tristeza del momento y la desesperación acelara, me hicieron romper un frasco de comida para bebés. Si, acababa de comprar comida para bebés. Lo aventé al suelo y presurosa tomé un trozo de vidrio, y sin si quiera procesar la idea y sin medir las consecuencias de lo que estaba a punto de cometer, guiada tan solo de un sentimiento de ira y angustia difícil de calmar, una sed de ganas de explotar incontenibles, me clavé el pedazo de vidrio en las venas. La sangre salió disparada en un chorro abundante que se extendió como a un metro. Era tan impactante para mi ver tanta sangre salir de mi cuerpo...¡lo había hecho y no había vuelta atrás! Y si, comencé a reír como desquiciada y a decir una y otra vez ''¡me voy a morir, me voy a morir!''.
Estaba en medio de la calle y en la madrugada. El me observaba desesperado y llorando, dando vueltas por todos lados, apenas comprendiendo la gravedad de lo que sucedía. Yo lo miraba con odio y le gritaba que no se me acercara. La camioneta Pickup vino de regreso y pude notar que eran dos señores, quienes me suplicaron que subiera a la parte de atrás porque me llevarían al hospital. No supe que hacer, y lo hice, no por ganas de ir al hospital, si no por dejarlo ahí, intrigado y preocupado, sin saber si moría o vivía. Corrió lo que pudo detrás de la camioneta hasta perdernos. Ahí me percaté de que estaba en medio de un charco inmenso de sangre, como nunca antes había visto. Y la sangre seguía saliendo de mis muñecas como una llave abierta. Mis ojos se empezaron a cerrar y mis oídos zumbaban, mi cabeza daba vueltas y mi vista se llenaba de nubes hasta que no distinguía lo que veía, y fue ahí donde sentí una emoción más fuerte que otras alguna vez manifestadas en mis anteriores intentos de suicidio: ahora vi pasar mi vida como una película. Los rostros de mi querida familia empezaron a formarse en mi mente y cada vez que mi nariz exhalaba, podía sentir cada respiro en el alma, porque los valoraba tanto... esta vez podría ser la última que experimente la sensación de respirar, la última vez que mi piel siente algo, la última vez que mis ojos ven, quizá este sea el último pensamiento que en mi mente habrá... hoy quizá me convierta en nada o en algo que ni si quiera sé, hoy pasaré a algo diferente o simplemente ya desapareceré para siempre, me extinguiré, ya no seré nada ni nadie jamás, ya nunca volverán a escuchar mi voz, y ahora probablemente estoy experimentando mis últimos minutos... incluso vi todo borroso cuando sentí que me subieron a la camilla. 
Una vieja doctora y su ayudante me pusieron rápido suero y alcohol en la frente mientras pusieron mis muñecas boca arriba en una bandeja metálica y cuadrada, mientras uno aplastaba las aberturas para detener la hemorragia, la enfermera preparaba el hilo y aguja de sutura. 
Me cosieron mis heridas mientras yo me moría de nervios, no tenía anestesia y ya estaba consciente, el hecho de saber como mis muñecas eran atravesadas con agujas, me ponía la piel de gallina y lloriqueaba. La enfermera me habló sumamente golpeado y me jaloneó las muñecas.
-DEJA DE MOVERTE O DEJO QUE TE MUERAS.
Al saber que mi vida dependía de la maldita anciana esa, callé.
-¿Quién te hizo esto?
-Yo.
-¿Por qué?
-Quería morir.
-¿Quieres morir? Solo dilo y nos ahorramos el trabajo.
Me quedé pensativa.
-No, continúe por favor, fue una tontería.
-¿Por qué lo hiciste?
-Por nada.
-¿Como que por nada? ¿Entonces el motivo es ''estupidez''?
-Discutí.
-¿Con el novio?
-Tal vez.
-¿Estás drogada?
-No.
-Hueles a alcohol. Que tontería y pérdida de tiempo.
Me quedé callada y solo me relajé. Más o menos unos 5 puntos de sutura, me pidió que me lavara, y uno de los puntos se reventó y de nuevo tuve que someterme a remiendos. 
Las bandejas metálicas estaban cubiertas por un grueso coágulo brillante de sangre.
Me relajé una hora y la doctora me dijo que tenía que llamar a algún lugar para que alguien me recogiera. Di el número de mis padres, el de mi casa, no sabía otro número más de nadie y no iba preparada, es decir, solo iba ir a la tienda a comprar cerveza, no iba preparada para una emergencia en la Cruz Roja. Nadie respondió al teléfono, esa misma noche estaba descolgado. No había nadie más a quien llamar y tuve que salir de ahí sola. 
Mi cara estaba cubierta de sangre, mi ropa estaba empapada. ¡EMPAPADA! Parecía que acababan de atropellarme o que acababa de sumergirme en una bañera de sangre. Mi chamarra de relleno de algodón parecía esponja, había absorbido demasiada sangre, hasta mis pantalones y mis pies lo estaban. Parecía zombie, el zombie de una chica extraña y ensangrentada caminando con lentitud y cara de moribunda a las cuatro y media de la madrugada. Pensé en ir a casa y quise tomar un taxi, pero nadie se paró a recoger a una mujer llena de sangre de la cabeza a los pies, y deseché la idea porque no quise someter a mi pobre familia a ver a su hija que parecía salir de una película de terror. Me fui caminando a casa, donde estaba mi novio y mi amiga. De nuevo al lugar del origen de todo. Me sentí tan sola, tan desamparada y desgraciada en ese camino, que lamenté no haber alcanzado a morir hace unas horas. Mi aspecto era deplorable incluso al otro día, me puse otra ropa y me fui camino a casa de los abuelos, quienes inmediatamente al verme entrar por su puerta corrieron a mi y yo no pude soportar romper en llanto, después de esa situación tan traumática. Necesitaba saber que valía la pena estar viva, por algo, o por alguien. Mis padres llegaron a recogerme y fue el drama familiar del año, en el cual todos me abrazaban llorando y mi mamá dormía conmigo y me decía lo importante que era para ella y volvía a tratarme como una niña pequeña. Y supe que después de ese horrible suceso, había perdido la relación amorosa más linda que tuve jamás, y ahora mi corazón estaba hecho pedazos, tanto que lloré como nunca antes había llorado y las únicas horas en las que dejaba de llorar era mientras dormía, excepto que también me despertaba entre sueños por llanto espontáneo y amargo. Me sentía más destrozada que antes de haber decidido matarme, pero ahora tenia un sostén. Y descubrí que no tiene sentido vivir si nadie te necesita. Siempre que tengas a alguien, tienes un motivo, ese alguien puede ser otra persona o puedes ser tu mismo, el día que no tenga a ninguno de los dos, estaré lista para morir. 



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8 comentarios:

  1. Olivia, sé que hemos discutido un par de veces en tw, pero la verdad me duele leer lo que te pasa, yo en realidad se lo que es querer morir, aunque mis palabras te valen verga, solo te digo algo Eres perfecta y puedes lograr lo que te propongas, no te dejes afectar de las personas que solo quieren acabar contigo, tampoco intentes acabar con la gente. No te digo que Te ames porque incluso para mi es imposible, pero al menos déjate amar, ya vendrán mas oportunidades . Éxitos !!

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  2. "Y supe que después de ese horrible suceso, había perdido la relación amorosa más linda que tuve jamás" ¿a qué relación te refieres?
    Por cierto, soy adicta a leer tu blog. Me identifico TANTO con ciertas cosas que describes y hay cosas que (afortunadamente) no puedo comprender, aunque las entienda.
    "Me ahogo en mi propia existencia. Estoy encerrada en mi propio cuerpo, acorralada con mis propias ideas." Hace unas semanas entré en crisis y pude comprender la TORTURA absoluta que es el no poder escapar de tus pensamientos y las voces, ni siquiera cuando estaba dormida, sentir que en cualquier momento iba a perder el control de mi misma y que me quería arrancar la cabeza.
    En fin, no dejes de escribir. No todos saben expresarse de esa manera, sobre todo en temas como estos.
    Dices que mientras tengas un motivo, no estarás lista para morir. Y yo creo que el escribir puede ser una gran motivación Oli

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  3. Las relaciones de codependencia son las mas pelogrosas para un enfermo de desordenes alimenticios o desordenes emocionales. Yo prefiero no llaaras enfermedades, poruqe me da como cosita. Tienes que descubrir si lo que piensas que es amor no es en realidad codependencia. Y poder estar tu contigo misma. ESO es lo más difícil. Al fin y al cabo la única que esta dentro de ti, eres tu.

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  4. Puede que quizás el principal mensaje de este escrito haya sido solo el contarnos (por necesidad o por gusto) pero este pequeño fragmento tan escalofriante e impactante,no me dejó de sorprender que en un pasaje hiciste alusión, a mí parecer, a una de las máximas más ciertas de todas: "Siempre que tengas a alguien, tienes un motivo".

    Puede que mi comentario de nada te ayude, pero la manera en la que escribes simplemente me hace estar en la necesidad de romper el silencio en el que me vi inmerso al terminar de leer. Soy un creyente de que, como referiste más arriba, una persona tan moralmente correcta, tan inmaculada, tan adentro del mundo de lo bueno, del marco de lo justo, tiende a decir cosas que pueden caer en la redundancia y en lo "lógico", para una persona con tan hondas cavernas existenciales, y aunque jamás he caído en un intento de suicidio, más allá de que solo pase por mi mente la idea que acabar de una manera tan simple con todo un baúl de recuerdos, de risas, de odio y de todo lo que conlleva una mente humana, creo que te puedo entender un poco. Ya que fidedignamente te puedo decir que sí sé que se siente tener esa onerosa carga en el alma, llena de sensaciones grotescas y repugnantes, como es el desamparo, el odio, el rencor, el sollozo interno, la tristeza, y sé que se siente fatal.


    El perderle un sentido al porqué vivir puede ser una razón entendible, mas no justificable para caer en el suicidio. Y no porque considere que sea un acto de cobardía, sino porque a reserva de lo que tú pienses, creo que perderle en interés a la vida no te inhibe de volverlo a tener, y a expensas que como lo veas, en la vida se siente MÁS que en la muerte. La muerte no es tan mala como todos dicen, es una ruleta rusa andante que en cualquier momento, sin que tengas un ápice de idea de lo que va a pasar, puede apuntarte desde un terreno existencial superior y acabar contigo, pero cuando la vida física se acaba para alguien, alguien que no tenga pleno su espíritu y no que tenga su alma contenta, es cuando fragelas una parte de la esencia de alguien que te conoce, y que te conocía bien, quizás por no haberte ayudado lo suficiente, y más importante, se fragela la tuya, quizás porque el estado en el que el alma se despide del cuerpo, sea el estado en el que por el resto de los tiempos estará.

    Continua..

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  5. El porqué de la aversión que sientes por ti y la aversión de la cual, a palabras tuyas, veas en tu cuerpo como el embajador de ésta son cosas que desconozco, por lo que no puedo opinar acerca de eso, pero, aunque no te he visto en persona, y probablemente nunca lo hare, veo a través de tu sintaxis, de tus ideas y de tus letras a alguien bella.

    A título personal, siempre que me siento triste leo mi libro favorito, obra maestra de Saint-Exúpery, ya que como dice Antoine y dices tú, tener algo por lo que cuando salgas en tu casa en la mañana, te den ganas de regresar, solo por el simple hecho de que quieras verlo de nuevo, te hace sentir vivo y es bueno recordarlo de vez en vez.

    Puedes sentirte insignificante en el mundo, pero cualquier persona, animal, incluso una planta o una flor con la que crees lazos de amor, se verá en la necesidad de necesitarte, será para ti único en el mundo, y serás para ese ente única en el mundo. Si creas lazos con otras almas para dejarlas estás siendo egoista.

    "
    -Adiós- dijo el zorro-. Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.

    -Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito a fin de acordarse.

    -El tiempo que dedicaste a tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.

    -El tiempo que dediqué a mi rosa… -repitió el Principito para no olvidar.

    -Los hombres ya no recuerdan esta verdad -dijo el zorro-. En cambio tú, por favor…, no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…"

    -Soy responsable de mi rosa… -dijo en voz alta el Principito a fin de recordar…"

    Pero, si no has encontrado tu rosa, probablemente la rosa seas tú misma. Si has leído el libro , que probablemente así sea, no dejes de leerlo una vez más cuando te sientas así. Es la única propuesta que te tengo, lo demás y lo más importante está escrito en él y en ti misma. Yo, cada vez que lo leo, no puedo evitar que broten de mis ojos lágrimas, y no lagrimas de melancolía, lagrimas de esas que la belleza te provoca sacar.

    Y aunque yo tampoco sé cómo ser feliz, creo que el precio de la felicidad es el amor.

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    1. Me emocione con lo que pusiste. Aunque tambien sea imposible amarme (todo esta en mi lo sé pero me es imposible) y pretendientes me sobran.
      >> "Pero, si no has encontrado tu rosa, probablemente la rosa seas tú misma." <<

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  6. Oli, no puedo leerte sin llorar. Te queremos Oli, no mueras :(

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