viernes, 28 de noviembre de 2014

Diario de alguien [10]

Cuando sufrir ya no te impresiona.


Cuando el hoyo que siento en el pecho ya no se siente tan doloroso, cuando mi tristeza ya no parece tan fuerte como para matarme, y cuando las voces en mi cabeza ya no se escuchan tan crueles, mi lado racional cree que ya estoy mejorando, pero el hemisferio enfermo de mi mente no puede creerlo porque sabe perfectamente que la felicidad y la estabilidad son efímeras y que quizá mañana, me suceda algo terrible que posiblemente pueda hacer añicos mis ánimos y todas las ilusiones que había creado y las cuales me iluminaban el alma.
Eso no me deja dormir tranquila, ni si quiera me deja sonreír en paz, ¿pero qué mas da? Si al final duermo y al final disfruto mis alegrías, y eso no viene todos los días y no siempre tengo la suerte de sentirme plena, y en el momento que lo estoy, me baño de optimismo y callo todas las voces molestas que me dicen que la vida se empeña en hacerme daño.

La vida es una caja de sorpresas, y lo supe porque me ha dado golpes, pero también me ha dado muchas cosas por las que sin duda vale la pena vivir, aunque sea a medias, siempre siendo un sube y baja de emociones, igual me dio cosas y me quitó unas, me dolían tanto algunas virtudes que no me dio, y pasé años intentando obtenerlas, olvidándome por mucho tiempo de alegrarme por los regalos que me dio, no me dio la estatura que deseaba, pero me dio un cuerpo proporcionado y femenino, no me dio la cara que quizá hubiera elegido, pero me dio una que pudo gustarle a todos los que me gustan, y una que muchas veces me agradó frente al espejo, no me hizo genéticamente delgada, ni me hizo millonaria con la vida resuelta, pero me dio una habilidad en los dedos, que quizá no es la mejor del mundo ni tampoco prodigiosa, pero vaya que rebasa la capacidad que muchos tienen, y no tengo que defraudarme por no ser tan buena y talentosa como algunos otros músicos y artistas, porque me dio el amor y la facilidad por el arte y la música, que igualmente con práctica y cultura puedo transformar en algo increíble. Vaya que cuando uno se obsesiona por algo, el cerebro se olvida de todo lo que alguna vez te importó para enfocarse de lleno en tu obsesión, y no te deja pensar, no te deja hacer nada, no te deja disfrutar, en pocas palabras, no te deja vivir, y eso no se irá nunca, fue como una explosión nuclear que dejó mi cabeza contaminada y aún letal, que de mi cabeza no puedes mover un solo cabello sin despeinarme. 
Si pude alguna vez entender al menos un poco lo que en mi mente sucedía, fue gracias a los libros, que me hicieron reflexiva y ahora las cosas que me pasan por la cabeza, no pueden irse sin un análisis, donde saco sus partes buenas e inevitablemente, también contemplo lo malo y pienso en posibles futuros desastrosos, así que si mi felicidad no es completa, y está a medias, y si mis ganas de vivir están a medias, ¿por qué no vivir a medias? Medio muerta. Entre la vida y la muerte, o sea anoréxica, o sea bulímica. 

Ya no me mortifico por mis pensamientos suicidas. Siempre los he tenido y no puedo suicidarme más de una vez, por lo tanto esperaré sin esperar un motivo para hacerlo, ¡pero cuando estés segura! No cuando solo tu mente lo diga, lo haré cuando sienta que todo se me viene abajo, pero si no me ha sucedido, es porque aún hay algo de luz y por eso me gusta estar aquí. Era mentira cuando dije que odiaba la vida en su totalidad, cuando dije que definitivamente deseaba estar muerta, la verdad es que no tanto, porque sigues viva y los autos siguen pasando en las carreteras, puedes atravesarte y te aseguro que te atropellarán y morirás, si es lo que quieres, si es lo que de verdad quieres, ¿por qué te detienes? 

La vida aún me gusta lo suficiente como para continuarla. Las cosas que me han sucedido, aún no han sido suficientes para acabar conmigo, y lo sé por la desesperación, tristeza y culpa que sentí cuando me caí al suelo convulsionada, lo supe cuando vi los chorros de sangre que me salían de las muñecas, por todas esas veces en las que mis ojos se cierran lentamente y mi cabeza zumba y siento que la muerte está muy cerca, he aprendido que no estoy lista para partir, que me resigne a morir por mis propias manos en ese momento, es diferente, pero en esos instantes es cuando pienso en todo lo que me mantuvo viva hasta ese entonces, y que tengo una familia unida en un hogar armonioso, dos hermanos chicos que vi crecer, y que mi muerte destruiría su infancia y verían el suicidio como un método de huida, sería un capitulo negro y horrible en su cabeza, mucho peor que los que la mía guarda y ellos son de los pocos seres que no merecen mi estúpido egoísmo. Y mi familia se ha quebrado todas y cada una de esas veces que yo me he estado muriendo, que he imaginado ya lo que pasaría después de mi muerte y definitivamente no deseo que eso suceda. No debo ser tan débil como para asesinarme cuando las cosas aún no son tan malas como lo espero, y no debo torturar mi mente de esa manera por cosas imaginarias.

Este año ha sido muy gratificante, ya que descubrí un sentimiento que no conocía, que es el amor, no el mismo que le tengo a mis hermanos, es diferente porque lo siento por alguien que apareció sin que estuviera contemplado, alguien que se ganó una parte de mi en solo unos meses, y que me hace feliz y con quien puedo ser yo misma totalmente sin sentirme extraña, juzgada o vulnerable, y con quien descubrí en mi nuevas emociones e incluso talentos escondidos. Y ahora tengo una persona más que me necesita y nuevas habilidades por desarrollar y necesito tiempo para realizar todo esto, entonces sigo ayunando por el extraño placer que esto me provoca y también por mi miedo a engordar y mis bajas repentinas de autoestima. Incluso soy capaz de controlar mis vicios, pues yo sabía que inhalar cristal diariamente no me traía nada bueno, sin embargo sé que es posible inhalarlo un día sin estar el día siguiente temblando en el suelo con ganas de más. Yo me enviciaba hasta por voluntad propia, sabiendo las consecuencias, o sea que para mí eran otro método más de suicidio. 

Para qué me lamento con cambiar, para qué tener esperanzas de algún día curarme, se que mi cuerpo puede recuperarse mil veces, aunque cueste comer porque después la voluntad no es suficiente, el estómago olvidó como digerir y ahora duele y se enferma, también se llena casi con nada, y ni hablar de la bulimia, muchos platillos que me gustaban ya no me entusiasman, me causan a menudo repulsión y quieren salir pronto, no tolero estar llena, pero mi mente es el problema, esa no se cura, de una u otra manera siempre estará enferma, y lo único que me queda es desplazarlo siempre y cuando no sea tan duro, siempre y cuando sea soportable, seguiré aquí intentando obtener todas las dosis de felicidad posibles, y ahora que tengo una obsesión y que la conozco, y ahora que sé que siempre estoy sufriendo, se volvió monótono y me ha aburrido, ahora ya ni si quiera me impresiona sentirme mal, ahora ya casi ni se siente nada. El reto para mi no es cambiar, si no simplemente desviar la atención de las cosas que me hacen daño, dejar de tomarlas tanto en cuenta y no dejar que me maten. Lo nuevo es el sentimiento que acabo de descubrir y el que ya distingo, la felicidad y el amor, no son siempre pero vale la pena vivir cuando estos aparecen. 






2 comentarios:

  1. No te imaginas cuanto lloré al leer todo esto. Lo de Valentina es lo que más me entristeció, no la conocí pero estoy segura que ella era una lindurita, la imagino tan frágil y tierna, y la extrañé donde no estuvo. Y tú, eres una persona hermosa y no estoy hablando de lo fisico, hablo de ti, lo que eres, tu forma de pensar y de ver las cosas, la forma en la que razonas puedo decir que eres hermosa, eres fuerte, eres inteligente, y te deseo, de verdad, de todo corazón lo mejor y que todo lo que quieras te salga bien.

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  2. Quiero que mi madre te lea a ver si me entiende un poco, que bonita eres.

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