martes, 10 de febrero de 2015

Amor.

Tema tan subjetivo, que a la vez parece ser tan simple. O debería decir, simplemente complicado, o quizá ser tan ilógico es lo que hace que nos hagamos demasiadas preguntas. Pero simplemente es eso, amas a alguien, y no se está cegado, porque se saben todos los defectos, sin embargo, no importan. Pensé que sentí amor alguna vez. Ahora no sé si lo fue. Ahora, no sé qué clase de amor sentía o ni si quiera sé si lo sentí de verdad, y de momento, creo que todo eso lo sentí como un capricho del alma, unas ganas de sentirme necesaria, importante e increíble. Y es con los que me hacen sentir así, con quienes, ¿me encariño? Aunque, quizá ni si quiera me encariño con ellos, pero si que amo sus sentimientos hacia mí. Amo que me amen. 

Quizá me gusten tus ojos, pero me gusta más como me miran.
Quizá me gustan tus manos, pero me gusta más como me tocan. 
Quizá me gusta tu boca, pero me gusta más que diga lo que quiero oír,
Quizá me gustes tú, pero me gusta más gustarte. 
Siempre, en realidad he sido más importante yo.
Perdón si alguna vez tuve que mentir diciéndote que te amaba.
En realidad, lo consideré necesario...
Tal vez, tú como yo, te enamoraste solo de ser amado...
Pero yo solo te quise porque me querías.
¿Habrá sido igual para ti? ¿Me amaste en verdad, o amabas que te amara?
Quizá nunca lo sepa, pero quiero pensar que me quisieron.
A veces, te quise.
A veces, me quisiste.
Quizá si nos quisimos.
A veces el placer de sentirnos necesarios era tan alucinante...
Daba tantas ganas de respirar...
Que a lo mejor por eso, nos dejamos llevar.
Todo parecía tan positivo.
Puro algodón de azúcar, todo dulce, todo suave,
¿Como no quererte en mi vida?
Creo que nos necesitamos mutuamente por un tiempo, para llenar nuestros vacíos.
Necesitábamos ver como nos querían, para ver si así aprendíamos a querernos.
Por eso, empecé a asimilarlo cuando me di cuenta de que el mundo seguía su curso aunque tú no estuvieras.
Y que la belleza que veías en mí, sigue aquí.
Y que simplemente eres un humano.
Como todos los que hay por la calle...
Alguno de ellos tiene que amarme más o igual que tú, me di cuenta, y lo sé...
Entonces supe que no eras el único que podía hacerme feliz.
Pero sé que no podrás olvidarme nunca y me basta.
He ganado energías para cuando piense que no valgo nada.
Puedo mover mundos con algunas palabras y con mi imagen, me lo demostraste tú y algunos otros, ellos me ven única, eso me basta.
Al final, con la mirada perdida, medito, y me doy cuenta...
de que si vieran lo que tengo en realidad en la cabeza, huirían. 
¿Que acaso yo no soy capaz de enamorarme?
¿Acaso todo gira alrededor de mí?
¿Solo pienso en mi satisfacción?
Eso parece. 
Pero mientras me sienta bien, 
¿Qué importa?
Finalmente sentirnos bien es el propósito que tenemos todos.
Estamos solos, la empatía nunca será tan real como los sentimientos propios.



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